Sigo con la misma película de los últimos tiempos, y es que este fin de semana he estado en Barcelona, yo que soy más de pueblo que un orillo, me quedo alucinao por todo, y pienso mucho cada una de las cosas que veo.
En principio, me monto en el AVE y cuando dejo de ver tierra estéril, o mal aprovechada es cuando me doy cuenta que estoy en Cataluña. Son más listos que Brijan, y creo que también muy, muy trabajadores. He visto viña a punta pala, viñedo viejo, y aquí arrancando, he visto olivos a montones, y aquí inventando el Aceite de la Sierra del Moncayo, a buenas horas mangas verdes, creo que he visto hasta plataneros (esto podría formar parte de mi imaginación), pero vamos que de esta gente me lo creo todo.
Luego en la ciudad lo mismo, al principio pensé que vestían raro, eso me dijo también mi mujer, pero al final sacamos la conclusión de que los raros eramos nosotros, incluso pienso que pertenecemos a una raza rara, ya que la gente que había allí era de todas las razas menos de la nuestra. Atravesamos el barrio del Raval (¡hay que echarle huevos¡), pero como nos debían ver tan raros, y no sabían de que raza eramos pues nadie se metió con nosotros. Fuimos al mercado de la Boquería, me gustó pero se está prostituyendo porque a base todo el mundo de querer buscar lo autóctono y lo antiguo, pues aquello parece más un museo de cosas de comer para que la vean los guiris, que un mercado de la vieja usanza. Atravesamos La Rambla, para meternos de seguido en el barrio del consumismo por excelencia, había más gente que en Vera, había cafeterías antiguas, donde la gente hacía cola por entrar, también hacían cola, gigante, para comprar lotería en una administración, ¡hay que ser gilipollas!, la gente se debe creer que toca más por que lo vendan en un sitio u otro, sin darse cuenta que si todo el mundo lo compramos donde mismo, por cojones tiene que caer allí, pero no al número que tu lleves, sino al de tu vecino, que luego dices que es un tontolaba.
A la hora de comer, elegimos un sitio de comida catalana, creo que fué todo un acierto, regusto antiguo, con dueños que ejercen de tales y que por eso llevan desde tiempos de sus antepasados en los mismos locales. Una esqueixada magnífica y un plato con conejo y butifarra catalana a la brasa, de postre, crema catalana como no podía ser menos, y un buen trato de los profesionales.
Al día siguiente a ver el Nou Camp, ahora Camp Nou, gran cambio. No pudimos verlo porque entrenaba el Barsa, no fuera que aprendiésemos de repente como se hace el tiqui taca de los cojones, con lo bien que juega el Athletic, eso es futbol de toda vida, las bandas, centro y gol de LLorente, y no tanto pasecito, que te quedas dormido de tanto mover la cabeza como si fuera tenis.
Al día siguiente a ver el Nou Camp, ahora Camp Nou, gran cambio. No pudimos verlo porque entrenaba el Barsa, no fuera que aprendiésemos de repente como se hace el tiqui taca de los cojones, con lo bien que juega el Athletic, eso es futbol de toda vida, las bandas, centro y gol de LLorente, y no tanto pasecito, que te quedas dormido de tanto mover la cabeza como si fuera tenis.
Como no pudimos ver el campo, nos subimos toda la familia al autobús turístico, me encantó, ves todo de repente, en una vuelta y te vas a casa y ya has visto Barcelona, muy recomendable. Dimos vuelta y media, y es que nos dijeron que valía el billete para todo el día, pero nos bajamos porque nos meabamos, de hecho ya habían subido al piso superior a mirar de reojo si estabamos vivos.
Y a lo que iba, ¡que a mí ya no me joden!, otro hotel de cuatro estrellas, no merecidas, y que a la hora del desayuno, no hay vino. Subí a la habitación, cogí mi botella de plástico de agua de 250 ml. y yo ya tenía mi ración asegurada para meterla en el cuerpo, bocadillo de chorizo, un buen vaso de vino y un cortao. Y como se dice en mi pueblo "a cagar a barrio verde".
Y a lo que iba, ¡que a mí ya no me joden!, otro hotel de cuatro estrellas, no merecidas, y que a la hora del desayuno, no hay vino. Subí a la habitación, cogí mi botella de plástico de agua de 250 ml. y yo ya tenía mi ración asegurada para meterla en el cuerpo, bocadillo de chorizo, un buen vaso de vino y un cortao. Y como se dice en mi pueblo "a cagar a barrio verde".
Bueno, bueno, ya veo que os habéis dejado caer por Barcelona... Si me hubieras avisado hago una llamada y podéis entrar al Camp Nou sin problemas, jajaja. Me imagino que ibáis con el tiempo justo, pero me podías haber pegado un toque leñe, os hubiera llevado a tomar unos vinos acompañado de buenas viandas ;-)
ResponderEliminarLa próxima vez que vengas, a parte de avisarme, guárdate una tarde/noche para ir a Monvínic, visita obligada para amantes del vino com tu.
Salut.
Hola Pep, ya ves que era una visita familiar, que no profesional, ni gastronómico, ni de autentico placer. La próxima vez no se me olvidará ni Monvinic, que tengo ganas de verlo, ni otros buenos sitios altamente recomendables de Barcelona.
ResponderEliminarComo siempre, salut tambén para tí.
Toño
Pep, todavía existe por el Paralel un local que se llama Can Margarit?
ResponderEliminarQue bien he comido en ese sitio.