LA BOTA DE VINO

Tengo poco de romántico, más bien soy brutote, pero creo que antes de que terminen estás empalagosillas fechas de Navidad, donde nuestros sentimientos se muestran un poquito más receptivos, me gustaría poder contaros algo que me sucedió y que me viene sucediendo:

Hace ya unos 5 o 6 años, estaba una mañana en la vinatería y por la puerta entro un señor mayor, con aspecto, si no de vagabundo, sí de persona, no al uso digamos. Pelo cano , barba hasta casi la barriga, educado cuando se le oyó hablar: "¿Vendes vino a granel para poder llenar mi bota de vino?", "No lo siento le contesté, todo es embotellado, pero no se preocupe que su bota se irá llena". 

Busque un vino que yo creí acorde para ocupar ese espacio de bota, lo recuerdo exactamente, un Señorío  de Valdehermoso joven, fantástico esté en el recipiente que esté, y se beba en copa, vaso o bota.

"¿Que te debo me dijo?". "Nada le contesté". Él se presentó, soy Andrés López Pintado, soy artista, por mis adentros pensé: "No podía ser otra cosa", y tras una breve conversación se marchó.

En la Navidad más próxima a esa fecha recibí una carta manuscrita, y unos calendarios que son más propios de un genio que de un humano, por supuesto había que estar muy a su altura para poder entenderlos, pero como digo obra de un genio o de un loco. Al año siguiente igual, unos calendarios, por supuesto distintos de los del año anterior, en cuanto a formato me refiero, y unos sonetos de su cosecha, y así todos los años por Navidad.

En la carta del año pasado, por supuesto manuscrita y con sobre de estos de color ocre, que no se dónde los puede encontrar ya, se nos presentaba un Andrés, que se decía enfermo, y que había sido ayudado para poder escribir un cuento, "El burro amo y el amo burro", algo así ya lo encontraré, escrito en cualquier dirección del papel, por lo que para leer sus notas y su cuento hay que girar más de tres o cuatro veces el folio.

No sé porqué nunca le he contestado, no sé porqué nunca se ha cansado de seguir mandando "su felicitación", pero este año no llegaba su carta en navidad, y yo me entristecí por ello, pero el pasado día de 5 de enero la recibí, en el mismo tipo de sobre, otro cuento, otro folio al que girar, y sentí una emoción verdadera, tardé en abrirla, pues temía por su salud, y para mí ha sido un gran regalo de reyes.

Mis respetos para tí Andrés, prometo escribirte.