Hoy he estado visitando clientes y haciendo alguno nuevo por Zaragoza, y estando tomando un vino en un precioso bar del Tubo Zaragozano, he oído como un joven, que entraba con formas de saber de todo, ha pedido: "un crianza por favor".¿ Pero un crianza de qué, so gilipollas?, ¿p'a que te crees que están las bodegas peleando por hacer vinos que agraden, vinos nuevos, vinos cada vez más mimados, para que venga un mimado como tú y pida, un crianza por favor?. Por favor majo, vete a tomar por culo con tu crianza, que me imagino que te da igual que sea de Rioja, de Cariñena, de Borja, como de la Conchinchina, lo que tú quieres es un crianza, pedido con voz bien firme , porque siempre has oído a tu papá, con zapatos náuticos sin calcetines pedirlo, y te sabe a teta.
Así no vamos a ninguna parte, de hecho he visto como muchas bodegas que habían renunciado a poner su contra de crianza, han apostado por volver a ponerlo, y eso porque se dan cuenta que tienen la batalla perdida, que la gente, sabe pedir los gin tonic con nombre y apellidos, pero en el vino les cuesta aprenderse los nombres.
Sobran vinos, a la gente le cuesta mucho probar nuevo, consagrar un nuevo vino cuesta muchísimo, y que a un vino le llamen por su nombre mucho más. Esa labor, que los que estamos en la calle tenemos, muchas veces no está pagada con nada, creo firmemente que las bodegas deben de cuidarnos a quienes les cuidamos, porque de lo contrario estarán en manos de tontolabas como el del crianza, y entonces, ¡qué Dios les pille confesaos!.
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