En Jerez, nadie bebe jerez, beben cerveza, como en todos lados. En Jerez, un dia después de la ola de calor, pasamos un frío de cojones. Amigo Pepe, Pepe Zarzana, tu boda, vuestra boda Laura, nos llevo hasta Andalucía, y a mi hay pocas tierras en España que me gusten tanto. Aterrizamos, bueno no aterrizamos, aveizamos, porque fuimos en Ave, el viernes pasado por la tarde, clase business, una tontada, salvo que cojas la tarifa web, que vale igual que turista. Merienda cutre, no tenían el Heraldo, y a partir de ahora dos bebidas por viajero, película infame y los auriculares, tengo ya mil y los pienso seguir cogiendo. Pese a todo viajar en Ave y mientras no inventen la teletranslacion sigue siendo una gozada, sale a la hora y llega a la hora, que es algo que a quien viaja es la que mas importa. En Sevilla, en diez minutos habíamos cogido el ritmo, tapas y vinos, buen ambiente, Sevila muy limpia, y por suerte acabamos en el Barrio de Santa Cruz, con un grupo de amigos cantando y contando chistes por bulerias.
Estación de Sevilla.
Espectaculares "Capirotes" de la taberna Dos de Mayo de sevilla.
A la mañana siguiente llegamos a Jerez, en un Alvia, no me dió tiempo ni a terminarme el Marca. Bonita estación la de Jerez, pequeña, limpia, y preciosa con sus baldosas en las paredes formando una estampa de años pasados. Lo primero que me encantó de Jerez es que allí nadie pasea chuchos de marcas raras, llevan galgos atados con una estampa señorial inimaginable. No hay nada mas chulo de ver que una gachi buena con un galgo. Tras el tapeo correspondiente a descansar que venía por la noche la boda y había que estar fresco.¡ Cojones y tran fresco!, pasamos frío en los jardines de la Real Academía Ecuestre de Jerez. Tomamos el aperitivo y cenamos en los jardines, hasta las 4 de la madrugada y la verdad es que despues de la semana anterior con la ola de calor, pasamos frio, que tuvo que ser mitigado con los ricos caldos de Ximénez Spínola y de Martue. Boda de nivelón, con gente de categoría.
Al día siguiente a San Lucar de Barrameda, en taxi, visita a Bajo Guía y al Cabildo, langostinos a manta (a mi me gustan más a la plancha), y el reencuentro con la única persona que conozco en todo San Lucar, por casualidad que emociona más. Unas manzanillas con mi amigo Alberto (casi cazo el 4-1 que puse en la porra, jodido Casillas), y tras un paseo de vuelta a Jerez a ver la final de la Eurocopa.
El cuarto Zamaruco, que hoy da nombre a un gran vino.
Estación de Jerez
Al día siguiente visita a las Bodegas Lustau y a coger el tren que nos llevaron a casa en un periquete. Un poquito de dormir en casa y a la mañana siguiente al hule, como decían los matadores antiguos. Ingreso en el Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. Cornada de una trayectoria que no afecta a ningún vaso importante, pronóstico menos grave. Como sólo tenía pagado alojamiento y desayuno, a la mañana siguiente a casa.
¡Volveremos a Jerez, volveremos a Andalucia!
Estación del Hospital.
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